Remitente y destinatarios. (1:1).
Pablo; se presenta como un apóstol, enviado por voluntad de Dios y de parte de Jesucristo crucificado, muerto, resucitado, ascendido a los cielos y sentado a la derecha del trono de Dios por la eternidad.
Entre los hombres cualquier actividad pública que se realiza debe estar autorizada por los mandos correspondientes, por eso los principales sacerdotes y ancianos le preguntaron a Juan el Bautista y a Jesús quién los había autorizado para bautizar, predicar, enseñar y atender las necesidades básicas de la gente. No les interesaba el tipo o cómo realizaban el servicio, si bien o mal, la cuestión era la autorización. Juan el Bautista, Jesús, los apóstoles, afirmaron que sirvieron por voluntad de Dios, la más alta autoridad, ante eso ¿Quién se opone? Aquí, entró en juego la lucha por el poder entre los hombres, en el gobierno terrenal la autoridad es delegada, pues a Dios nadie le ha visto, pero sabemos que existe y la otorga por mecanismos aceptados, así que deben pedir y obtener autorización para servir a la población, según las normas, reglas y especificaciones que se les indiquen. Pero los hombres de Dios no están interesados en el poder, ni dar fama a alguien o favorecer algún partido, sino en dar la gloria al nombre de Dios, sirviendo a la gente en sus necesidades más vitales. No pidieron la autorización. Entonces fueron asediados, perseguidos, encarcelados y muertos por no sujetarse a la autoridad terrenal delegada por Dios.
Los destinatarios de la carta fueron los apartados por Dios para ser fieles creyentes en Cristo Jesús, ubicados en Efeso, la ciudad principal de la provincia de Asia. Pablo conoció Efeso en su tercer viaje misionero.
Al inicio encontró allí a 12 discípulos hombres que habían sido bautizados por Juan para arrepentimiento, entonces Pablo los bautizó en el nombre del Señor Jesús y recibieron el Espíritu Santo.
Allí estuvo visitando una sinagoga por espacio de 3 meses hablando con denuedo, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios. Pero algunos maldijeron el Camino delante de la multitud, entonces se apartó de allí y separó a los discípulos.
Continuó predicando la palabra del Señor Jesús por 2 años en la escuela de uno llamado Tiranno, donde lo oyeron todos los de Asia, judíos y griegos. También Dios hizo muchos milagros por medio de Pablo, algunos judíos lo quisieron imitar pero fueron avergonzados, muchos se convirtieron a la fe, confesaron sus pecados, algunos que practicaron la magia la abandonaron y quemaron sus libros delante de todos.
Al crecer y prevalecer la palabra del Señor en la región, los comerciantes de adornos del templo de Diana, la diosa pagana que adoraban los efesios y toda Asia, sintieron la amenaza de perder su negocio, reunieron a todos los artífices para exponer los riesgos debido al crecimiento del cristianismo y decidieron ir en su contra, por lo que los creyentes y Pablo al ver en peligro su vida, decidieron que saliera de la ciudad, cuando se despidió, los animó y aconsejó para seguir firmes en la fe (Hechos 19-20:1).
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