La homosexualidad.


Adaptado del artículo de Mario E. Fumero. 
https://contralaapostasia.com/2021/05/28/homosexualidad-y-derechos/

Los grupos de lesbianas y homosexuales se manifiestan públicamente alegando que en nuestra sociedad existen prejuicios y rechazo hacia su gremio, reclaman sus derechos para vivir abiertamente. Con este fin se han organizado en el colectivo LGTBIQ+ para imponer su agenda. Han influido en los altos círculos de las Naciones Unidas y de muchas transnacionales, han obtenido un fuerte apoyo económico en los Estados Unidos para imponer su agenda denominada "enfoque de género" en todos los sectores sociales. Buscan modificar y eliminar la identidad bíblica del concepto de “varón y hembra” e imponer el llamado “sexo neutro”. Su influencia ha afectado la doctrina liberal, incluso algunas iglesias denominadas “cristianas” y escritores evangélicos apoyan esta causa.
En el año 2000, algunos medios medios de comunicación europeos difundieron la noticia del sacerdote anglicano Peter Stone en Leicester, Inglaterra, quien fue el primer religioso que cambió su sexo, pese a haber sido casado dos veces y tener una hija adolescente; su acción fue aprobada por el obispo Barry Rogerson, jefe de su diócesis, junto con el 90% de los feligreses que forman su iglesia. Esto indica que la homosexualidad es una influencia creciente y generalizada, que lucha por imponerse jurídicamente.
El análisis de este tema a la luz de la Santa Biblia indica que las acciones homosexuales están registradas desde el inicio, en la historia de Sodoma y Gomorra, fueron condenadas por Dios que estableció en la ley: “No te echarás con varón como con mujer; es abominación”, Levítico 18:22. También en el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo condenó las aberraciones de los romanos de esa época que practicaron la homosexualidad, estas acciones las catalogó como actos “contra naturaleza” (Romanos 1:26).
El intento de imponer como derecho natural lo anormal, se dirige a la dictadura del género. Si lo aceptamos, procede también la legalización del incesto, la prostitución, las drogas, la eutanasia, legislar contra todas las leyes naturales y morales, pero el derecho termina cuando la naturaleza y la moral es violentada, porque la sexualidad no es una religión, ni una ideología, sino biología.
La discriminación es indeseable. Cada persona debe ser respetada, pero la tolerancia no significa permiso. La violencia física a una persona por una desviación, es incorrecta, como lo es tratar imponer el criterio del derecho LGTBIQ+ para imponerse. Va contra lo natural, moral, es un absurdo. No puede existir un derecho torcido, porque ya no sería “derecho”. No se debe marginar a nadie de sus derechos personales, pero tampoco podemos aceptar la imposición de su idolología.
El estilo de vida homosexual se dirige a la institucionalización del casamiento, adopción de hijos, enseñanza escolar sobre la normalidad de la vida en pareja del mismo sexo, denunciar, multar y encarcelar a quienes condenan esos actos como pecado y abominación.
Es posible que los grupos homosexuales impongan sus ideas en nuestra sociedad colocando a su gente en los puestos claves para lograrlo. Así ha sucedido en Estados Unidos donde muchos organismos están minados por estos elementos, incluyendo las Naciones Unidas, la Casa Blanca y las cinematográficas. Alan Chamber, un pastor Bautista que trabaja con las Asambleas de Dios en Winter Park, declaró que ha colaborado en rescatar a muchos jóvenes homosexuales, hoy son normales. Afirma que la solución a este mal no esta en legalizar lo anormal, sino en buscar una salida correcta, para que la naturaleza sea dignificada según el propósito de Dios.

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