DIOS HA PROMETIDO CUIDARNOS.
Jueves 31 marzo 2022.
ÉL HA PROMETIDO CUIDARNOS.
Quédense tranquilos porque el Señor peleará por ustedes». Éxodo 14:14
Éxodo 14 narra la liberación de los israelitas en el Mar Rojo, la destrucción del Faraón y su ejército.
Cuando Dios pelea nuestras batallas no tenemos que angustiarnos, estar ansiosos ni desanimardos por las cosas malas que suceden en nuestras vidas; tampoco debemos dudar de Dios.
Los cristianos siempre debemos recordar que ningún problema es mayor que el poder y cuidado soberano de Dios por sus hijos, prometió cuidarnos (Filipenses 4:19), tiene buenos planes para nosotros (Jeremías 29:11) y nos ama sin medida (Romanos 8: 37–39).
En Éxodo 14:14, Moisés les dice a los hijos de Israel: “El SEÑOR peleará por nosotros; solo necesitamos estar quietos”. En ese momento, estaban de pie, encerrados al borde del Mar Rojo, con el ejército egipcio detrás que los perseguía. Era una situación aparentemente imposible, pero el Señor la provocó por las siguientes razones:
1. Aclarar a Egipto que Él es el SEÑOR y obtener la gloria sobre Faraón (Éxodo 14: 4).
2. Enseñar a Israel que Él es su Libertador (Éxodo 6: 6) y su Salvador (Éxodo 14:13).
Eran incapaces de escapar de la situación por sí mismos; solo esperaron que Dios se moviera en su nombre (cf. Salmo 27:14). La batalla que parecía ser entre los egipcios y los hebreos fue en realidad entre los egipcios y el Señor (Éxodo 14: 4).
REFLEXIONEMOS:
De esta lección aprendemos que Dios es todopoderoso y cambia la vida. Cuando confiamos en Dios al luchar en sus batallas, a menudo nos permite eludir el conflicto, los sentimientos de pánico, miedo y desesperanza (Éxodo 14: 11–12). En ocasiones no vemos soluciones al problema, como Israel cuando fue acorralado. Probablemente ninguno de los hebreos imaginó que el mar se dividiría por la mitad para escapar. Cuando creemos a la Palabra de Dios (2 Crónicas 20:17), aprendemos que ninguna batalla es demasiado formidable o monumental para que Dios la maneje (Josué 1: 5).
Nuestra confianza está en Dios que peleará nuestras batallas y nos llevará salvos a casa (Judas 1: 24–25). “Algunos confían en carros y otros en caballos, pero nosotros confiamos en el nombre de Jehová nuestro Dios” (Salmo 20: 7).
Tomado de: Su Palabra alimenta mi alma (Compendio de ideas) por Oscar Omar Soler Sánchez.
ÉL HA PROMETIDO CUIDARNOS.
Quédense tranquilos porque el Señor peleará por ustedes». Éxodo 14:14
Éxodo 14 narra la liberación de los israelitas en el Mar Rojo, la destrucción del Faraón y su ejército.
Cuando Dios pelea nuestras batallas no tenemos que angustiarnos, estar ansiosos ni desanimardos por las cosas malas que suceden en nuestras vidas; tampoco debemos dudar de Dios.
Los cristianos siempre debemos recordar que ningún problema es mayor que el poder y cuidado soberano de Dios por sus hijos, prometió cuidarnos (Filipenses 4:19), tiene buenos planes para nosotros (Jeremías 29:11) y nos ama sin medida (Romanos 8: 37–39).
En Éxodo 14:14, Moisés les dice a los hijos de Israel: “El SEÑOR peleará por nosotros; solo necesitamos estar quietos”. En ese momento, estaban de pie, encerrados al borde del Mar Rojo, con el ejército egipcio detrás que los perseguía. Era una situación aparentemente imposible, pero el Señor la provocó por las siguientes razones:
1. Aclarar a Egipto que Él es el SEÑOR y obtener la gloria sobre Faraón (Éxodo 14: 4).
2. Enseñar a Israel que Él es su Libertador (Éxodo 6: 6) y su Salvador (Éxodo 14:13).
Eran incapaces de escapar de la situación por sí mismos; solo esperaron que Dios se moviera en su nombre (cf. Salmo 27:14). La batalla que parecía ser entre los egipcios y los hebreos fue en realidad entre los egipcios y el Señor (Éxodo 14: 4).
REFLEXIONEMOS:
De esta lección aprendemos que Dios es todopoderoso y cambia la vida. Cuando confiamos en Dios al luchar en sus batallas, a menudo nos permite eludir el conflicto, los sentimientos de pánico, miedo y desesperanza (Éxodo 14: 11–12). En ocasiones no vemos soluciones al problema, como Israel cuando fue acorralado. Probablemente ninguno de los hebreos imaginó que el mar se dividiría por la mitad para escapar. Cuando creemos a la Palabra de Dios (2 Crónicas 20:17), aprendemos que ninguna batalla es demasiado formidable o monumental para que Dios la maneje (Josué 1: 5).
Nuestra confianza está en Dios que peleará nuestras batallas y nos llevará salvos a casa (Judas 1: 24–25). “Algunos confían en carros y otros en caballos, pero nosotros confiamos en el nombre de Jehová nuestro Dios” (Salmo 20: 7).
Tomado de: Su Palabra alimenta mi alma (Compendio de ideas) por Oscar Omar Soler Sánchez.
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