ERES MI OBRA MAESTRA.
Aún antes de que nacieras ya estaba contigo, he caminado a tu lado, nunca te abandoné, siempre te sustenté.
Sé que muchas veces te miras y te sientes tan imperfecto, te es difícil ver y pensar que haya algo bueno en ti.
Muchas veces dudas si en realidad estás en mis planes, has cuestionado el mal que te han hecho y me has culpado por tu soledad. No soy culpable de lo que hace el hombre alejado de mí en su libre albedrío, ni soy el causante de las obras que trae el pecado, tampoco de lo que hace Satanás para separarte de mí.
En cambio yo soy tu Padre, te engendré con pensamientos y estuve allí cuando tus padres se amaron. Aún si ellos no te amaron, te formé con mi amor soberano para que estuvieras aquí en la tierra.
Eres mi milagro más grandioso, te puse sobre las demás cosas que inventé. Ni aún a los ángeles otorgué el privilegio de llamarse mis hijos.
Ven a mí en cualquier momento porque siempre estoy accesible a ti. Con tan solo me hables te atiendo.
He separado este día y tengo una cita contigo para que recuerdes siempre que eres mi tesoro especial. Tú valor es incalculable, envié a mi Hijo a redimirte. Aunque muchos no entienden la magnitud de ese sacrificio de amor, la sangre de mi Hijo sigue trayendo redención y salvación.
No me limites, ni me encasilles en tus estrechas ideas o cuestionamientos porque soy y seguiré siendo tu Padre sin importar si crees en mí o no,
El único camino es por mi Hijo, quien viene a mi no lo ignoro ni lo echo fuera. Quiero demostrarte tanto, pero tienes que buscarme.
Sé paciente porque tengo secretos y sorpresas preparadas para la eternidad. Quiero verte allí un día, sonriendo, compartiendo, conociendo de mí lo que hasta ahora no ha sido revelado.
Te amo, no tienes excusas, apóyate en mí y prosigue esta meta con valentía. Avanza, no retrocedas, porque estamos juntos por siempre, nada ni nadie nos separa de todo ese amor que tengo para darte.
Soy tu Padre que te ama con amor eterno.
AMÉN
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