DE LA EMPATÍA DE JESÚS


Resumen del artículo de
Ángel Bea:
"DE LA EMPATÍA DE JESÚS".

De Jesús aprendemos que se comprende más y mejor a las personas en su necesidad, desde la compasión y la misericordia, que desde el juicio condenatorio.

Empatía, comprensión y paciencia son características que deben manifestarse siempre, especialmente en el servicio al Señor, cuando se atiende gente sencilla que en principio, tienen poco conocimiento, madurez, sabiduría. Algunos tienen mucho conocimiento pero a veces se desesperan al servir a los ignorantes y extraviados (Hebreos 5:2–3). Se debe manifestar a los demás, la misma actitud misericordiosa, compasiva y empática que Dios nos expresa. Se requiere prestar atención. En general, mostrar paciencia es una actitud media entre la indiferencia y el sentimentalismo fastidioso.

Cuando alguno demanda un favor de Dios, se le debe tratar con amabilidad y sabiduría (Malaquías 2:7).

La clase religiosa en los tiempos de Jesús, se consideraba que:
• Estaba muy por encima de todos los demás.
• Sabían mucho, mientras que los demás eran “ignorantes y extraviados”. 
• Justos, mientras que los demás eran injustos. 
• “Puros” y “limpios” mientras que los demás eran “pecadores” y despreciables, por eso se separaban.
Entonces, no tenían ninguna comprensión ni compasión ni misericordia. No había ninguna empatía en ellos hacia su prójimo. Sentían indignación y exasperación (Juan 7:49).

El Señor Jesús enseñó mostrando empatía en su relación con  las personas, en especial con los excluidos, menospreciados, incomprendidos y  desechados:
• La mujer que lavó los pies de Jesús con sus lágrimas (Lucas7:37–38).
• María Magdalena de quien echó 7 demonios (Marcos 16:9–11).
• Zaqueo jefe de publicanos y rico (Lucas 19:1–10).
• El ciego Bartimeo (Marcos 10:46–52).
• El ciego de nacimiento de Jerusalén (Juan 9:1–41).
• La mujer samaritana (Juan 4:1–42).
• Alguno de otra clase “superior” pero en gran necesidad.
Fue compasivo y comprensivo con todos; nos enseñó que se comprende más y mejor a las personas en su necesidad, desde la compasión y la misericordia que desde el juicio condenatorio. 

Considerando las enseñanzas bíblicas debemos sentir temor porque muchas veces parecemos religiosos hipócritas al juzgar, criticar, condenar, excluir, maldecir, ser indiferentes, impacientes, sin empatía con aquellos que, por circunstancias de la vida “saben menos”, son “ignorantes y extraviados”.

En la Sagrada Escritura, Dios manifestó la mayor prueba de amor, su gracia, empatía, comprensión y misericordia, al dejar su gloria, venir, encarnarse para buscar, acompañar a los perdidos menospreciados y desechados (incluidos nosotros) por aquellos que se llamaban a sí mismos “justos”, dio su vida en la cruz por todos nosotros, resucitó, ascendió a los cielos y se sentó a la diestra de Dios todopoderoso; hoy ejerce un ministerio salvífico e intercesor-sacerdotal, como único “Mediador entre Dios y los hombres” (Efesios 4:10. 1 Timoteo 2:5. Hebreos 2:17. 4:14, 15).

El Nuevo Testamento nos enseña que el Antiguo Pacto fue reemplazado por uno Nuevo, la Iglesia formada por creyentes redimidos, unidos a nuestro gran y Sumo Sacerdote hemos venido a ser “un reino de sacerdotes” (1 Pedro 2.2:9. Apocalipsis 1:6; 5.10). Por tanto, todos los creyentes, en tanto estamos unidos a nuestro Sumo Sacerdote, hemos de manifestar su amor, gracia, empatía, comprensión y misericordia, que tuvo Jesús para con nosotros (Juan 13:34–35). Por eso los apóstoles siempre exhortaron a los creyentes a ser como Cristo, a ser todos de un mismo sentir, compasivos, amar fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolver mal por mal para que heredar la bendición” (1 Pedro 3:8–9). Eso es “empatía” de alto nivel, que sólo se da cuando hemos tenido un encuentro, una experiencia real con el Dios vivo, Cristo nuestro Señor. Debemos aprender y manifestar éstas características.

Ver artículo completo en:
https://contralaapostasia.com/2023/08/31/aprendiendo-de-la-empatia-de-jesus/

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